Una abuela se encadenó por falta de luz
La señora de 86 años es oriunda del barrio de Mataderos y estuvo más de 90 horas sin luz. Su hijo también la acompañó en su drástica medida.
El drama de los cortes de luz, que en las últimas semanas dejó sin suministro a cientos de miles de personas en medio de una ola de calor, golpeó la puerta de Mariana, una mujer de 86 años, vecina de Mataderos, que estuvo más de 90 horas sin luz.
Tanto la mujer como su hijo Miguel, que vive con ella, se encadenaron en la puerta de su domicilio para reclamar una solución a Edesur. Ayer, después de pasar casi cuatro días en un infierno, un vecino, empleado de la compañía, realizó una conexión temporal que les devolvió momentáneamente la electricidad. Pero todavía no tuvieron respuesta oficial de la empresa.
Sentada, y encadenada, en la puerta de su casa de la calle José León Suárez al 2800, en Mataderos, Mariana sostiene un cartel que dice "86 horas sin luz”. Es mediodía del domingo, pero todavía pasarán algunas horas más hasta que un empleado de Edesur, conocido de un policía de la zona, se acerque hasta el lugar para ofrecer una solución provisoria.
"Estos días le estuvimos pasando luz para la heladera y el ventilador, pero esta gente está sufriendo”, cuenta Cristian, un vecino que se solidarizó y llamó a "Crónica” para relatar el caso. "Es una mujer con capacidades diferentes”, detalla, y dice que su hijo -que ronda los 60 años- padece sordera.
En rigor, quien estaba encadenado era su hijo, pero se marchó con la policía para radicar la denuncia y su madre lo reemplazó en la protesta. "La empresa no vino en ningún momento”, agrega su vecino, y dice que el hombre que hizo la conexión provisoria les recomendó "seguir haciendo los reclamos” para que les restablezcan el suministro de la manera que corresponde.
Noche caliente
Según cifras del ENRE, unos 16.222 hogares pasaron la noche del sábado sin luz en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Los cortes en el suministro que brindan las empresas Edenor y Edesur forman parte de la crisis energética por la cual las redes de media y alta tensión salen de funcionamiento de forma imprevista ante la elevada demanda por el intenso calor.
Los clientes residenciales sufrieron cortes durante todo el verano, pese a que la demanda industrial de las empresas que reciben suministro de las distribuidoras bajó 2,41 en enero, respecto del mismo mes del año pasado. El viernes a las 16 se registró el pico máximo de cortes en lo que va de 2017, con unos 340.000 usuarios sin suministro, lo que equivale a 1.300.000 personas sin luz.
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