Inéditas imágenes de cuando Maradona vino a General Pico a jugar con Argentinos Juniors

Dos veces...
viernes, 26 de febrero de 2021 · 18:36

Dos veces la provincia pampeana fue testigo de la presencia de Maradona: la última durante su preparación para el Mundial de 1994 y la primera fue en un amistoso ante Club Atlético Costa Brava de Pico. “El club era el más pobre de la ciudad, entonces no se destacaba mucho. Luego de una charla entre algunos dirigentes surgió la idea de traer un equipo de Primera a jugar un partido, como un espectáculo. Eso solía hacerse. No sé porqué elegimos Argentinos exactamente, pero era uno de los que creíamos más accesible”, recuerda Héctor Ferrari, presidente de la institución en aquel entonces.

Además de Ferrari viajaron tres directivos más desde la ciudad ubicada al norte de La Pampa hacia La Paternal. La negociación se llevó a cabo, primero, con Próspero Cónsoli, primer mandatario de la institución entre 1977 y 1981, y luego fueron derivados a continuar la charla con el militar represor Carlos Guillermo Suárez Mason, quien fue socio honorario del Bicho y en ese momento era uno de los que mayores ingresos económicos aportaba. Incluso, en el ‘81 intervino en la transferencia de Maradona a Boca. “Caímos en el Primer Cuerpo del Ejército y hablamos con él. Nos daba un poco de temor, para colmo en esos años las Fuerzas Armadas eran muy fuertes, pero enseguida se mostró predispuesto y concretamos la fecha para el viaje”, revela Ferrari.

El día establecido para disputar el encuentro fue el 20 de junio y, además de la importante suma de dinero que debió desembolsar el equipo pampeano para concretar el enfrentamiento, una de las condiciones que impuso Argentinos era viajar en avión. Los dirigentes de Costa Brava aceptaron, aunque sabían que eso iba a ser imposible por dos motivos puntuales: a Pico no llegaban aviones comerciales y el presupuesto para semejante viaje estaba fuera de su alcance. No obstante, cuatro días antes de la fecha establecida, retornaron a Buenos Aires para informar que no había vuelos disponibles, pero tenían una solución entre manos: trasladarse en tren.

Luego de idas y vueltas con los directivos de Argentinos, terminaron cerrando el acuerdo. Maradona y el plantel del Bicho, integrado por jugadores con larga trayectoria como Hugo Saggioratto -tres veces campeón de la Copa Libertadores con Independiente- y Rafael Domingo Moreno, iban a viajar a General Pico en el ferrocarril. Cumplieron un recorrido de 574 kilómetros que duró 13 horas y se llevó a cabo el 19 de junio. Todo eso sin saber cuál era la distancia exacta antes de emprender el camino. “Les escondimos un poco los kilómetros. Les dijimos que estaba a 500 y les parecía mucho. Por eso nunca tuvimos la certeza de que Maradona iba a venir, llamábamos y no nos aseguraban nada”, explica Ferrari.

A pesar de la incomodidad de viajar en tren, lo hicieron en camarotes en los que pudieron descansar con tranquilidad. Pero el trayecto se volvió interminable. Arribaron a Santa Rosa y de ahí se desplazaron 140 kilómetros más en colectivo hasta General Pico. “Diego miraba por la ventana y veía todo campo. Los demás compañeros también. Nosotros los fuimos a esperar a Santa Rosa y en el colectivo se notaba la incertidumbre que tenían. Les habíamos dicho que eran 15 o 20 minutos y se comieron una hora y media más de viaje. Al rato de arrancar empezaron a preguntar cuánto faltaba, Maradona hacía notar su fastidio con sus gestos, pero viajó y jugó sin problemas”, detalla.

Se instalaron en un hotel para descansar y prepararse para el encuentro del día siguiente. Aunque pareciera sacado de un cuento de ficción, el motivo que llevó al Diez a viajar a aquel lugar no tenía que ver con el dinero que ganaría. De hecho, pese a que tenía solo 19 años, ya era una estrella y en septiembre de ese año obtuvo el Mundial Juvenil de Japón, su primera conquista con la Selección que elevó aún más su figura.

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 “Siempre tengo ganas de jugar al fútbol. Es lo mío y con ello soy feliz”, declaró Maradona al diario La Reforma el día previo al encuentro. Pelusa dejaba claro porqué había decidido realizar esa travesía y agregó: “Las motivaciones son distintas que cuando juego el Metropolitano o con la Selección, pero a nivel de juego voy a producir todo lo que soy capaz de hacer”. El de Villa Fiorito cumplió con su palabra. Argentinos ganó por 4-2 y él hizo dos goles a los 3 minutos y a los 45, del primer tiempo. Sin embargo, el encuentro terminó siendo una anécdota.

Si bien una multitud se acercó a ver a Maradona, la presencia de público no fue la esperada. Un día lluvioso y la desconfianza de la gente de que iba a ir Maradona ocasionaron que, para la dirigencia, la inversión fuera un fracaso. “Perdimos mucho dinero, no el club, sino los directivos porque nos habíamos prometido que cualquier déficit lo pagábamos nosotros”, señala Ferrari. Los que sí se acercaron al estadio Diego Maínz lograron ver jugar al futbolista que luego alcanzaría la gloria máxima tras levantar la Copa del Mundo con la Selección en México ‘86. Y como si eso fuera poco, debido a que no había tribunas en la cancha, lo vieron muy de cerca porque pusieron sillas a un par de metros de la línea de cal. Por eso, el premio de ir fue doble. La lluvia no pudo evitar que disfrutaran de ver al ídolo gambetear rivales en un campo de juego. El 20 de junio, en La Pampa, no solo se conmemora el Día de la Bandera, sino también cuando el mejor de todos los tiempos llegó en tren y derrochó todo su talento durante noventa minutos.

 

 

Imágenes gentileza de Fernando Murias en la digitalización y Julio Ernesto Forte en la autoría.

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