Recién llegada de Japón y con la mente puesta en el mundial de India. Guilla es orgullo pampeano-Video
La piquense Guillermina Corrales volvió a casa con una medalla colgada al alma. Parte de la Selección Argentina de fútbolLa piquense Guillermina Corrales volvió a casa con una medalla colgada al alma. Parte de la Selección Argentina de fútbol para ciegas, regresó de Japón tras disputar el Grand Prix femenino en Osaka, donde lograron el subcampeonato en un torneo internacional que, más allá de lo deportivo, evidenció las desigualdades que aún pesan sobre el deporte adaptado.
En una charla íntima con el periodista Sergio “Pato” Gaite, la defensora habló del torneo, el esfuerzo para llegar y la esperanza de cara al Mundial de India en octubre.
Japón, fútbol y lucha
“Estuvimos en la ciudad de Umequita, salimos subcampeonas. Fue un torneo para medirnos de cara al Mundial de India”, explicó Guillermina, aún emocionada por la experiencia vivida. “Pasó ya una semana y recién ahora estoy volviendo a la rutina. Dormí lo que tenía que dormir”, bromeó.
El torneo, que originalmente iba a tener ocho selecciones, finalmente se jugó con cuatro debido a los altos costos que implica participar. “Pensé que éramos el país más pobre, pero muchos no pudieron viajar”, comentó con crudeza.
Vendiendo sorrentinos para jugar por el país
A falta de apoyo estatal, la creatividad y la solidaridad fueron las armas. Guillermina tuvo que recurrir a la venta de comida y a campañas autogestionadas para poder subirse al avión.
“La Federación Argentina hizo lo imposible para que estuviéramos. Y desde La Pampa, Seferino Almudévar y Santiago hicieron gestiones que me ayudaron muchísimo”, agradeció. Sin embargo, no todo fue apoyo: “Tocamos muchas puertas y algunas respuestas fueron hirientes. A mí me dijeron que ya me habían ayudado, como si uno no pudiera volver a necesitar. No pude ayudar a una compañera a completar su parte y viajamos seis en lugar de ocho”, lamentó.
Subcampeonas, invictas en defensa
La final fue ajustadísima. Argentina cayó por penales frente al equipo local, Japón, luego de eliminar a Inglaterra también desde los doce pasos. “Habíamos practicado mucho los penales. Me tocó convertir frente a Inglaterra, pero contra Japón no pudimos. En defensa estuvimos impecables: no recibimos goles en todo el torneo. Pero no pudimos convertir y eso nos costó el oro”, analizó la jugadora.
Rumbo a la India
El próximo desafío ya está en el horizonte: el Mundial en la ciudad de Kochi, India. “Ojalá esté en la lista. A veces hasta un mes antes no sabés si vas a viajar o no, así que sigo entrenando y haciendo todo lo posible”, contó Guillermina, con los pies en la tierra pero el corazón en la cancha.
Crecer desde el esfuerzo
Más allá de los resultados, la experiencia fue enriquecedora. “En lo personal, fue un gran crecimiento. En el Mundial anterior casi no jugué, y en Japón estuve en cuatro de cinco partidos. Que los profes confiaran en mí fue muy importante. Me subió la autoestima y me reafirmó en lo que hago”.
Una historia de esfuerzo, talento y pasión que merece ser contada. Y apoyada.