LA ALEGRIA DE LA MURGA Y LA CONTRACARA DEL HAMBRE: “Muchos chicos comen en la murga y después hasta el lunes no tienen nada"

“A veces uno quiere sacar de su bolsillo para ayudar, pero hay cosas que nos superan”
jueves, 8 de mayo de 2025 · 20:38

Lo que comenzó como un espacio de expresión artística y cultural, se convirtió en mucho más. En el barrio Ranqueles, la murga “Repartiendo Alegría” no solo ofrece ritmo y comunidad: también cumple un rol social fundamental al garantizar que muchos chicos y chicas no se vayan a dormir con el estómago vacío.

En diálogo con En Boca de Todos HD, Lorena Castro, Kevin Palmero y Adriana Macario —referentes del taller murguero impulsado por el programa municipal La Base Está— contaron cómo esta iniciativa está siendo clave para enfrentar una realidad cada vez más dura en los barrios.

“No está bueno que los chicos estén sin hacer nada, o todo el día con el celular. Este espacio los saca de eso y, lo más importante, es que se llevan una colación. Es fundamental”, expresaron.

La murga funciona como un taller de la Base del barrio Ranqueles, con ensayos semanales, música, danza y mucho entusiasmo. Pero en paralelo, se convirtió en un lugar de cuidado y contención, especialmente para aquellos chicos que pertenecen a hogares con necesidades crecientes.

“Muchos chicos comen en la murga y después hasta el lunes no tienen nada. La situación está muy complicada, aumentaron muchísimo los pedidos en el último mes y medio”, reconocieron con preocupación.

Además de su rol en la murga, los entrevistados trabajan diariamente en el dispositivo barrial de la Base, donde se percibe con claridad el impacto de la crisis. “A veces uno quiere sacar de su bolsillo para ayudar, pero hay cosas que nos superan”, confiesa Adriana.

Aun así, se muestran agradecidos por tener herramientas como este espacio murguero, que permite abordar las problemáticas desde lo humano y lo comunitario, sin perder de vista que cada pequeña acción —como compartir una colación o enseñar a tocar un tambor— puede cambiar un día, una semana o incluso una infancia.

“Por suerte existen estos espacios. Desde nuestro lugar, hacemos lo que podemos. Cada ensayo, cada merienda, cada abrazo, es un granito de arena para que los chicos estén mejor.”

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