Carola dice que está “sana de cuerpo y alma” y pide por su libertad

En una carta, Carola Desuque, la joven pampeana de 30 años de edad que estuvo “desaparecida”...
lunes, 11 de febrero de 2019 · 00:00

En una carta, Carola Desuque, la joven pampeana de 30 años de edad que estuvo “desaparecida” durante un mes, reclamó “ser escuchada” y pidió por su libertad. Se encuentra internada por la fuerza en el Hospital Moyano, de Buenos Aires, pero quiere retirarse. Su familia intentó trasladarla al Hospital Molas, de Santa Rosa, pero no pudo. “Quiero manifestar que vine a Capital Federal por mi propia voluntad, estoy bien, sana de cuerpo y mente, y es mi deseo permanecer en esta ciudad en la que estoy tramitando un subsidio habitacional”, dijo en un escrito.

La chica decidió irse sola de Santa Rosa. Incluso ella misma hizo el trámite, el 2 de enero, para dar de baja el servicio de electricidad del departamento que ocupaba. Recién el día 23 su familia, de quien se había distanciado, notó su ausencia e hizo la denuncia. Un mes después fue hallada en una plaza de Buenos Aires. Desde entonces permanece internada en el área de Psiquiatría del Hospital Moyano.

La carta, completa, es la siguiente:

Acá está mi voz que nunca escucharon. #LibertadParaCarola

Domingo 10 de Febrero de 2019, Buenos Aires. Hospital Moyano

Yo, Carola Ayelén Desuque, en pleno uso de mis facultades, consciente, quiero manifestar que vine a Capital Federal por mi propia voluntad, estoy bien, sana de cuerpo y mente, y es mi deseo permanecer en esta ciudad en la que estoy tramitando un subsidio habitacionalpara ayudar a encontrar un lugar donde vivir hasta conseguir establecerme con mis propios recursos. Planeo vivir acá y empezar con plenitud una vida nueva que me merezco, libre de la violencia que ejerció siempre mi familia contra mí a través de amenazas para que mantenga un manto de silencio sobre circunstancias que contare en su debido momento.

Asimismo desmiento que se me haya ubicado en estado de abandono; en ese momento me encontraba leyendo y escribiendo debajo de un Ceibo en plaza Lavalle disfrutando del sol y estaba descalza porque me había acomodado en el pasto. Cuando estaba por irme dos oficiales de civil de la Brigada de la policía de la Ciudad de Buenos Aires me pidieron acompañarlos por “averiguación de paradero” y en el camino les avisan que deben trasladarme al Hospital Penna sin que medie ninguna orden, allí se me informa que debo quedar internada en contra de mi voluntad sin informarme los argumentos, ni el diagnóstico, ni tratamiento, ni el tiempo de duración. De esa situación irregular; después de inyectarme me informaron que la sustancia era Alopidol. 

Después de un par de días se me traslada sin explicación al neuropsiquiátrico Moyano, donde me encuentro ahora todavía sin haber visto a la abogada defensora que me corresponde por tratarse de una internación forzada, según la Ley de Salud Mental, no se informó que juzgado interviene ni cuál es la carátula de mi expediente, ni la resolución que decretó mi internación forzada, tampoco conozco los detalles sobre diagnóstico y duración de un tratamiento, si es que lo hay. 

Mi llegada a esta ciudad tuvo como empuje el hartazgo por la situación de aislamiento de mi familia, que me negó ayuda cuando la solicité y se burló de mi integridad ejerciendo violencia psicológica insoportable para mí. Siempre fui consciente que al principio no tendría un techo para instalarme, y por eso mis acciones las dirigí a tramitar el subsidio habitacional, sabiendo que con poco tiempo tendría solucionada esa eventualidad. 

 

Fuente: Diario Textual

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