Una fortuna en juego y una muerte sospechosa: ¿por qué exhumaron el cuerpo de la mujer más rica del Opus Dei?

El 15 de Noviembre...
viernes, 21 de enero de 2022 · 17:14

El 15 de noviembre pasado, Elina Patricia Gianoli Gainza, una millonaria heredera que fue la mayor benefactora y contribuyente del Opus Dei en el país, recibió sepultura cristiana en un ataúd austero en el Jardín de Paz de Pilar tras fallecer en el Hospital Austral, presuntamente a causa de un cáncer. No hubo velatorio ni avisos fúnebres para ella. En la ceremonia estaba previsto que sólo estuvieran un puñado de mujeres y un cura, pero a último momento alguien les avisó a sus sobrinos y tres de ellos asistieron.

No fue una situación cómoda. Hacía años que, según los sobrinos mismos, no les permitían hablar con ella: según denunciaron, el Opus Dei -la poderosísima y ultraconservadora organización católica de la que toda la familia fue parte-, les había cercado el acceso a la mujer por una disputa de la herencia familiar, una de las más grandes del cono sur.

Las sospechas de los sobrinos sobre las circunstancias de la muerte de su tía a sus 80 años comenzaron ese mismo día. Quisieron saber desde cuándo estaba internada, cómo fueron sus últimos días, quién la acompañó si ellos son sus únicos familiares en la Argentina y por qué su internación se mantuvo oculta por el Hospital Austral. Ahora, buscan saber qué pasará con su herencia millonaria.

El 25 de noviembre, los sobrinos de Gianoli Gainza se presentaron en la UFI Nº4 de Pilar y presentaron una denuncia. El mismo día, el fiscal Gonzalo Agüero ordenó al titular del Cementerio Jardín de Paz que “hasta tanto no se encuentren aclarados los extremos de la denuncia no es posible cremar ni trasladar el cuerpo”. En los días siguientes, Agüero les tomó declaración a dos de los sobrinos de Elina y consideró que había fundamentos para ordenar la exhumación del cuerpo, que se hizo el 29 de diciembre. Por ahora, la causa penal está calificada como una averiguación de causales de muerte. La Justicia misma pone el final de Elina en duda. El Opus Dei mismo está en la mira de la acusación.

“Está confirmado que el Opus Dei les ocultó a los sobrinos la información sobre el estado de salud de Elina, así como la noticia de la internación y hasta la de su muerte. También desde el hospital les negaron que estuviera internada a pesar de los reiterados llamados que hicieron”, señala a Infobae el abogado Mariano Orgeira, representante de los sobrinos.

Tampoco, aseguran, los participaron sobre qué día y en qué lugar se haría el entierro. Sin embargo, algunos de los sobrinos lograron asistir al funeral de su tía a último momento porque desde adentro del Opus Dei, dos personas que sabían del cariño que había entre ellos decidieron desobedecer las supuestas órdenes de silencio y avisarles, aun a riesgo de ser expulsadas de la institución.

Elina era la menor de los cinco hijos de una de las familias más ricas del cono sur. De origen uruguayo, sus padres habían hecho fortuna en la industria minera chilena. Fue allí donde toda la familia Gianoli Gainza conoció al Opus Dei, la institución fundada por el español Josemaría Escrivá de Balaguer, que en 1950 recién salía de la clandestinidad y desembarcaba en Sudamérica.

Cuando era todavía una adolescente, Elina ingresó como numeraria de la organización, que es la manera más radical de pertenecer: tomó los compromisos de vivir en castidad, pobreza y obediencia para seguir el camino de la santidad en la tierra que propone la Obra a sus miembros. Llegó a ocupar cargos de dirección en la rama femenina en la Argentina y se convirtió en la principal contribuyente de la región. Es incalculable el dinero que le aportó a la institución, como es incalculable su herencia: cien millones de dólares es lo que se puede estimar sin ahondar en los vericuetos financieros de las empresas, sociedades en Panamá y hasta una fundación en Suiza que poseía. En Argentina, según registros comerciales relevados, no integraba sociedades ni tenía una nómina de empleados.

De cualquier tamaño, se cree que casi toda la fortuna irá a alguna o varias de las asociaciones civiles del Opus Dei. Esa fue la voluntad de Gianoli Gainza, pero además porque es lo que la institución les propone y pide a sus miembros célibes.

Después de varias décadas en un centro de la ciudad de Rosario, Elina pasó los últimos años de su vida en la Ciudad de Buenos Aires. Vivía en una de las residencias de mujeres que la Obra tiene en el barrio de la Recoleta, en la calle Austria al 2300, la dirección que fue su domicilio fiscal registrado ante la AFIP. En esas casas no puede entrar nadie que no sea de la institución o que no lo autoricen especialmente. Allí fue donde sus sobrinos aseguran haber perdido contacto con ella.

“Nosotros tuvimos relación con ella toda la vida. Una relación de cariño mutua. Pero un día se terminó. Fue el día en el que el Opus Dei supo que habíamos iniciado un reclamo por la herencia familiar que nunca recibimos”, explica Tomás Gatica Gianoli, uno de los sobrinos que asistió al funeral y se presentó en la Justicia. Junto a sus diez hermanos, todos hijos de la hermana mayor de Elina ya fallecida, hace unos años decidieron pelear por la herencia que nunca recibieron y que descubrieron que supuestamente estaba yendo a engrosar las arcas del Opus Dei en Roma, Montevideo, Argentina y Chile. La demanda la iniciaron en Uruguay, de donde es la familia, y en los últimos dos años avanzaba en una dirección que involucraba a Elina: además de testar su propia herencia, la numeraria habría manipulado la de otra hermana sin descendencia e internada en una clínica psiquiátrica, María Luisa, para que también fuera al Opus Dei.

Otra de las sobrinas y hermana de Tomás, Carmen, que tenía una relación aún más cercana como supernumeraria de la Obra, tampoco pudo volver a hablar con ella. “Además del Opus, fue Elina la que me mandó a decir que si no renunciaba a todo no me iba a ver más”, cuenta la mujer, que se cansó de llamar y hasta fue a tocar timbre a la casa de la calle Austria pero no la atendieron. Rescata, sin embargo, que algunas numerarias de esa casa tuvieron empatía con ella y le fueron c

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