¿Qué te pasa Pico? Un peronismo sin conducción y un radicalismo prostituido

El problema del PJ hoy no es sólo que está dividido, sino
lunes, 14 de mayo de 2018 · 08:48

 

El problema del PJ hoy no es sólo que está dividido, sino que sus bases tradicionales también lo están, esto pone un montón de interrogantes para el 2019. Es la realidad y lo saben dirigentes, militantes, allegados e independientes. Todos observan con distintos intereses. El radicalismo está parado en el mirador pero se mueve como una tortuga, depende de las directivas del PRO. Se acuestan o se levantan, según las determinaciones del dueño de la alianza Cambiemos.

“Todos unidos triunfaremos", dice la ya algo en desuso marcha peronista, implicando que en la división está la derrota. El peronismo sufre su grieta propia. Tal vez ya no exista una representación política única de todos los sectores que antes se referenciaban en el peronismo, no por un problema de sus líderes, sino por la imposibilidad de liderarlos al unísono.

El resultado de las elecciones primarias del 2017 no despejó las dudas sobre quién se quedará con la conducción del peronismo de General Pico, sólo dejó en claro que el gobernador Verna tiene un caudal de votos cautivos que por ahora no tiene herederos. La remontada de último momento en las PASO de agosto fueron un reflejo contundente.

Sin Verna, en Pico no les alcanza a los Lovera, los Mayoral, los Tebes, los Alonso, etc. ¿Futorología? Sí el líder más reconocido del peronismo norteño, principalmente en General Pico, no señala con el dedo a un “delegado” para que políticamente ordene el gravísimo desorden político, la derrota electoral para el PJ en el otrora bastión del justicialismo pampeamo, está a la vuelta de la esquina.

En definitivas, hay que disciplinar la dirigencia local y por ende a la tropa, ponerle punto final al egocentrismo de dirigentes que se autodenominan la voz de la conciencia de Carlos Verna. Unidad Básica cerrada, un intendente que no tiene autoridad ni capacidad para conducir; dirigentes que se creen líderes pero sólo son correspondidos en círculos cerrados y no saben convivir entre ellos, es la “bomba de tiempo” que sólo puede desactivar Carlos Verna. Si el actual gobernador no va por la reelección, la atomización del peronismo píquense será de tal magnitud que muy probablemente dejará de ser gobierno después de 36 años.

"Muchos perros hacen la muerte de un ciervo", dijo alguna vez el general Juan Domingo Perón, saquen sus conclusiones.

El radicalismo píquense se va prostituyendo

“El testamento político que dejó Leandro Alem arrancaba diciendo: ” He terminado mi carrera, he concluido mi misión. Para vivir estéril, inútil y deprimido, es preferible morir. ¡Sí, que se rompa, pero que no se doble!”. Poco después de dejar el sobre escrito sobre su cama, el fundador del radicalismo y defensor de los mas pobres, se pegó un tiro en la sien. Su sombrero cayó al suelo y su tradicional poncho de vicuña se manchó de sangre. Pero su alma fue al cielo donde hoy comparte, seguramente, eternas discusiones con otros correligionarios ilustres y populares como don Hipólito Yrigoyen, Arturo Illia y Raúl Alfonsín. Para los radicales, “Que se rompa pero que no se doble”, se transformó en un grito ético de guerra a la hipocresía y a los oportunismos”, dijo en una columna el periodista Alfredo Leuco.

Hace un par de años la Convención Nacional de la UCR debatió en Entre Ríos se parte del un frente amplio para derrotar al kirchnerismo, se aprobó por amplia mayoría y con el tiempo aparecieron las consecuencias: el radicalismo se fracturó.

General Pico no fue la excepción, la UCR entregó la candidatura a intendente y vice intendente al PRO. Hoy ante el desastre político que vive el PJ de General Pico, el macrismo recoge frutos, se sienta en la presidencia del Concejo Deliberante, por primera vez en más de 30 años de democracia la oposición ostenta un privilegio político que jamás pudo conseguir la UCR siendo la estructura opositora más férrea al peronismo. La foto del jueves no sólo causó dolor de panza en el PJ, también en el radicalismo. Una exconcejal de la UCR apareció en la foto pero como COLABORADORA de Jorge Audisio, el concejal del PRO que se llevó todos los laureles.

La UCR, al igual que el peronismo de General Pico, no tiene conducción firme y respetable, no alcanza con los Coppo, los Pechín, los Forte, los Testa, etc. El radicalismo extraña a los Claveríe, a los Norverto, a los Arroyo, a los Rolero. Literalmente el radicalismo local se metió bajo la sábana que el PRO le tendió gentilmente. El macrismo le usó estructura e historia para construir poder, hoy la otrora combativa y democrática UCR, tiene que pedirle permiso al PRO para poder salir.

La dirigencia local de la UCR se refugió en el egocentrismo, igual que el PJ, pasaron los años y las contínuas derrotas electorales, licuaron al partido centenario.  Si no vuelven a las raíces de los Alem, los Illía, los Balbín y los Alfonsín, seguirán siendo la ropa íntima del PRO.  La aspiración treintañal de ocupar la intendencia de General Pico será una utopía y ocupar bancas en las legislaturas será el premio al que puedan aspirar.

Dijo Ricardo Balbín: “Alguna vez se dijo, glosando a Yrigoyen, que había que empezar de nuevo. Empezar de nuevo a mi juicio es detenerse un poco en la marcha, para reconstruir las filas y hacer balance de circunstancias”.

 

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