HISTORIAS DE VIDA
LA PAMPA: Matías y la diaria pelea por vivir
El muchacho hace de todo. Lucha y se esfuerza contra la adversidad...El muchacho hace de todo. Lucha y se esfuerza contra la adversidad, porque sabe de un pasado de privaciones y tiene el firme propósito de que sus hijos tengan lo que tantas veces a él le faltó cuando era un chico, o ya de adolescente… “Volví a lavar autos cuando este Gobierno (de Milei) abandonó las obras públicas… la empresa constructora que me había contratado (trabajaba en un pueblo) nos dejó afuera a muchos. Pero sí, hago de todo: lavo autos, y cuando me llaman para hacer alguna tarea de electricidad, cortar el pasto o lo que sea ahí voy. No me entrego, porque quiero que todo lo que me faltó en una vida que no me fue fácil lo tengan mis hijos”, sostuvo.
Una decepción “libertaria”.
El gobierno “libertario” se ocupó de recortar sus ilusiones. Matías Gabriel Plaza (34) tuvo una infancia difícil. Criado por su abuela en el barrio Matadero –recién conoció a su madre biológica ya más grande--, Matías supo de carencias. “Mi papá es Marcelo, albañil con el que a veces trabajo; y tengo otros cinco hermanos, uno estudiando en Pico, y mi hermana que es universitaria… la verdad es que como podemos tratamos de superarnos”, contó.
Después de hacer el curso de Electricista en la EPET consiguió entrar en una empresa constructora. “Fueron dos años, y me gustaba mucho… además tenía obra social para mi familia y era algo seguro, pero vino esto y todo cambió. Estoy decepcionado, porque tuve que volver a lavar autos y se complicó… pero no me entrego aunque ahora estamos viviendo el día a día”, amplió.
“Trabajo de lo que venga”.
Matías volvió a lavar autos frente al edificio de La Arena, y es sumamente apreciado por los vecinos, que lo ven como una persona que afronta con tesón los desafíos que la vida le ha planteado. Lo bueno es que si bien sigue de lava autos ---eso le asegura unos pesos diarios-- está atento a cuando le sale alguna “changa” y allí también se suma. “Vengo a eso de las 8 de la mañana, estoy hasta mediodía y vuelvo a las 4 de la tarde hasta la noche. Pero sí, digan que continúo haciendo cualquier trabajo de electricidad que necesiten, o cortando pasto, o lo que sea. Si pueden publicar mi celular estaría bueno… es (2954) 52 6778. Hice el curso de electricista en la EPET y la verdad es que estuve re contento cuando esa empresa me contrató. Pero pasó esto y volví a la calle, aunque hay gente que por suerte me llama cuando me necesita por algún desperfecto en su casa. Sé todo el oficio de electricista”, expresó.
Un nuevo curso.
Y agregó: “Ahora me anoté en la EPET para el curso de arreglo de aires acondicionados, porque sé que en eso hay mucho laburo, y voy a seguir adelante porque mi familia lo necesita. Mi esposa Jennifer trabajaba en casas de familia pero tuvo que dejar por razones de salud… Se trata en el Favaloro y por suerte va un poco mejor; y mis hijos Isaís (11) e Ian (8) ahora vuelven a la escuela y hay que tener para los útiles, el delantal… concurren a la Escuela 218 y a la 25”, indicó.
“Un lindo ambiente”.
Y sigue: “Y además van a fútbol en La Barranca y Belgrano… ¡Y juegan bastante bien, eh!”. Y pareciera que Matías se ilusiona con verlos alguna vez debutar en primera división.
“Lo mejor de todo es que están en un ambiente lindo, tienen amistades buenas y eso es lo mejor. Voy a pelear porque ellos tengan todo…”, reafirma.
Matías creció en un contexto de dificultades, “pero nunca me metí con la droga o cosas raras. Hice un poco de boxeo en el Club Argentino, pero dejé hace rato. Ahora estoy procurando mejorar todo, la seguimos peleando
El costo de la escuela.
“Uh! Encima se vienen las clases y todo está carísimo… los delantales, los útiles. Con mi esposa estamos tratando de comprar ahora, porque cuando estén por empezar todo es más caro”, razonó.
Es uno de los que a pesar de esta crisis que atraviesa sobre todo a los que menos tienen, no se entrega y da pelea. Había conseguido laburo en una empresa constructora, pero las medidas del gobierno nacional --que en verdad no se mete con ninguna casta-- lo obligó a volver a lavar autos.
“Hacer cursos me sirve para capacitarme y conseguir un buen laburo… ese es mi objetivo… en tanto me las rebusco: hay que andar y hacer de todo”, dice convencido que no le queda otra. (M.V.)