Juan nació hace 40 años en Pico y busca a su madre biológica

Su DNI dice que nació el 30 de marzo en General Pico.
martes, 5 de marzo de 2019 · 18:10

Su DNI dice que nació el 30 de marzo en General Pico. Pero hace un par de años pudo saber que, en realidad, nació el 5 de marzo de 1979. Fue dado en adopción, en forma ilegal, y ahora está buscando sus orígenes. Hoy, desde la ciudad de Buenos Aires, está festejando sus 40 años de edad y buscando a sus padres biológicos. “Mi mamá podría ser de La Maruja o Quemú”, cuenta en una entrevista con Diario Textual. “La busco y la necesito para cerrar una historia”.

Juan -prefiere no dar su apellido- es un piquense que, desde 1998, vive en la ciudad de Buenos Aires. Se fue de su ciudad natal para estudiar cocina. Hoy es su profesión.

“Mis papás adoptivos son gente muy conocida en Pico y la zona”, dijo en una comunicación telefónica. Su madre adoptiva -quien falleció en 2005- era una reconocida docente, que fue directora de una escuela, en tanto que su padre -vivo, de 75 años de edad- fue un comerciante con un local de venta de maquinarias agrícolas.

Mis padres (adoptivos) siempre desearon ser padres y, al no poder, un reconocido médico piquense (ya fallecido) les dijo que cuando hubiera una mujer que no pudiera tener a su hijo, se los iba a dar a ellos. Así llegué a sus vidas”, cuenta. Prefiere no dar aún el nombre de ese médico: era amigo de su familia adoptiva.

Juan tiene un DNI y una partida de nacimiento que indica que nació en la Clínica Argentina el 30 de marzo de 1979. “Pero ya sé que fue el 5 de marzo, a la tarde, cuando nací. Eso me contó mi viejo”, dice.

En su adopción intervino otro médico: se trata del pediatra Osvaldo Héctor Medus, quien firmó su partida de nacimiento. “Este médico ha dicho públicamente, en medio de los escándalos por los casos de adopciones ilegales en Pico y la zona, que nunca firmó una ilegalidad. Yo creo que en mi caso hizo una ilegalidad”, cuenta Juan. “Firmó mi partida de nacimiento como hijo biológico de mis padres adoptivos”.


“A los minutos de nacer fui llevado a la casa del médico que fue el nexo entre mis padres adoptivos y mi madre biológica. Solo él, quienes estuvieron en mi parto, y quizás el doctor Medus y alguien más pueda hablar para pueda llegar a la verdad que me han ocultado durante tantos años”, dice.

Vivió su infancia en una casa de la calle 18, en Pico. Juan dice que, según le contó luego su madre, a los cinco años le dijeron que era adoptado. “Yo, la verdad, no me acuerdo… Mi vieja me dijo que no me dijeron nunca más porque en esa época se recomendaba no insistir o reiterar esas cosas si el chico no volvía a preguntar. Lo cierto es que me enteré a los 12 años que era adoptado. Me lo dijo un amigo, de mi misma edad. Todos sabían, menos yo”, contó en entrevista a Diario Textual.

Su búsqueda lo ha llevado a recorrer programas de televisión para buscar a su madre. Hace un par de años, el testimonio de Andrea Langhoff, que destapó la olla de una trama de ventas de bebés, lo movilizó. Esa historia tiene casi los mismos integrantes de su caso y con mecánica similar.

En octubre del año pasado, hizo una denuncia en la Justicia Federal por la adopción ilegal y supresión de identidad. Aún, sostiene, no tiene información de que la causa haya avanzado.

¿Qué datos tiene de su madre biológica? “Prácticamente nada. Ciertos datos me llevan a buscar por La Maruja o Quemú Quemú. ¿Por qué La Maruja? De allí era oriundo el médico que fue nexo de mi madre biológica con mis padres adoptivos. Y de Quemú por simples ‘habladurías’ que indican que en el mismo barrio de Pico donde me crié había otro chico que la gente decía que éramos hermanos. Después se supo que ese chico era adoptado y su madre biológica de Quemú. Pero, la verdad, no me he podido contactar”, cuenta.

En el medio se ha encontrado con escollos y silencio. “No hay registros de nacimientos en la Clínica Argentina del ’79. Creo que sufrió una inundación y se perdió esa documentación. Además no iban a registrar el ingreso de una mujer para hacer una adopción ilegal…”, razona.

Su padre no le ha dado muchas explicaciones. “Me dijo que buscara por Quemú y La Maruja, nada más. Confirmó mis sospechas”, sostiene.

También se reunió con una vieja enfermera. “Tiene 81 años, ya jubilada pero lúcida… Trabajó como enfermera con el doctor Medús en la Clínica Argentina como en el Hospital Centeno. En resumidas cuentas me dijo muy respetuosamente: ‘Usted tiene casi 40 años, no pierda tiempo, disfrute su salud, viva su vida y no busque porque no va a encontrar nada, pasaron muchos años y hay mucha gente que se fue’”.

“No la voy a entender ni a justificar porque personas de su misma edad han sabido apoyarme y entender que lo que busca uno”, dice. “No es capricho mi búsqueda: es necesidad sincera y real de encontrar mis orígenes biológicos para cerrar esa parte de mi historia, necesaria como saludable”, finaliza.

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