LA FAMILIA DE UNA NIÑA PAMPEANA LE PIDE A LA OBRA SOCIAL QUE LA DERIVE A UN CENTRO DE ALTA COMPLEJIDAD

Una niña del barrio...
domingo, 15 de septiembre de 2019 · 09:39

Santa Rosa-Una niña del barrio Nelson Mandela tuvo convulsiones y está en terapia intensiva. El daño es grave, pero su mamá y su médica quieren garantizarle una mejor calidad de vida y piden que la deriven a un centro de alta complejidad.

Cuando Catalina Soria tenía dos años, tuvo una convulsión febril que cedió con medicación. Hasta ese momento, era una nena como todas. Vivía con su familia en Santa Rosa, en el barrio Nelson Mandela. Su papá es recolector de residuos y su mamá Soledad, ama de casa.


 

Tres meses después, volvió a tener fiebre. En el hospital, la medicaron con ibuprofeno y dipirona y la mandaron de nuevo a su casa. A las 2 de la mañana, tenía 38 y medio. Soledad y su esposo la colocaron en la bañera para bajarle la temperatura. Caty lloraba sin consuelo, y la sacaron. Para entonces, tenía casi 40 grados.

“Vimos con desesperación cómo tiraba los ojitos para atrás. La llevamos a un centro de salud que estaba cerca, pero no podían hacer nada. Llamaron a una ambulancia que tardó media hora en llegar”, relata Soledad.

La nena no dejaba de convulsionar: pasó 1 hora y 40 minutos en ese estado hasta que llegaron al hospital. Mientras trataban de estabilizarla, Caty hizo un paro cardiorrespiratorio. «La entubaron, le hicieron todos los procedimientos, pero desde entonces no reaccionó más».

Hace tres meses que Caty está en terapia intensiva. Cada vez que intentan despertarla «tiene hipertonías, como si fueran ataques de epilepsia, y es muy peligrosos para ella, para ese cuerpito tan chiquito», explica la mamá.

Los especialistas le comunicaron que el daño es muy grande. «Pero su neuróloga quiere que la estudien en profundidad, con aparatología que no existe en la provincia. Lo que queremos es que Caty tenga una oportunidad, una mejor calidad de vida», pide.

Lo ideal sería trasladarla a un centro de alta complejidad en Buenos Aires. «La obra social del Sindicato de Camioneros no tiene convenio con el Instituto Fleni, que sería una posibilidad. En el Garrahan nos dijeron que no hay ninguna cama disponible en terapia. Pero también podría ser otro centro de neurología, donde puedan ayudarla. De eso depende el futuro de Caty», pide Soledad.

El papá de la nena hace sus aportes a la obra social: la decisión está en manos de su conducción: «Han ofrecido cubrir los gastos de traslado, pero necesitamos antes de viajar que se defina en qué institución va a ser admitida y si cubrirán los gastos aunque no haya convenio», insiste Soledad.

Fuente: TN.com

Una niña del barrio Nelson Mandela tuvo convulsiones y está en terapia intensiva. El daño es grave, pero su mamá y su médica quieren garantizarle una mejor calidad de vida y piden que la deriven a un centro de alta complejidad.

Cuando Catalina Soria tenía dos años, tuvo una convulsión febril que cedió con medicación. Hasta ese momento, era una nena como todas. Vivía con su familia en Santa Rosa, en el barrio Nelson Mandela. Su papá es recolector de residuos y su mamá Soledad, ama de casa.


 

Tres meses después, volvió a tener fiebre. En el hospital, la medicaron con ibuprofeno y dipirona y la mandaron de nuevo a su casa. A las 2 de la mañana, tenía 38 y medio. Soledad y su esposo la colocaron en la bañera para bajarle la temperatura. Caty lloraba sin consuelo, y la sacaron. Para entonces, tenía casi 40 grados.

“Vimos con desesperación cómo tiraba los ojitos para atrás. La llevamos a un centro de salud que estaba cerca, pero no podían hacer nada. Llamaron a una ambulancia que tardó media hora en llegar”, relata Soledad.

La nena no dejaba de convulsionar: pasó 1 hora y 40 minutos en ese estado hasta que llegaron al hospital. Mientras trataban de estabilizarla, Caty hizo un paro cardiorrespiratorio. «La entubaron, le hicieron todos los procedimientos, pero desde entonces no reaccionó más».

Hace tres meses que Caty está en terapia intensiva. Cada vez que intentan despertarla «tiene hipertonías, como si fueran ataques de epilepsia, y es muy peligrosos para ella, para ese cuerpito tan chiquito», explica la mamá.

Los especialistas le comunicaron que el daño es muy grande. «Pero su neuróloga quiere que la estudien en profundidad, con aparatología que no existe en la provincia. Lo que queremos es que Caty tenga una oportunidad, una mejor calidad de vida», pide.

Lo ideal sería trasladarla a un centro de alta complejidad en Buenos Aires. «La obra social del Sindicato de Camioneros no tiene convenio con el Instituto Fleni, que sería una posibilidad. En el Garrahan nos dijeron que no hay ninguna cama disponible en terapia. Pero también podría ser otro centro de neurología, donde puedan ayudarla. De eso depende el futuro de Caty», pide Soledad.

El papá de la nena hace sus aportes a la obra social: la decisión está en manos de su conducción: «Han ofrecido cubrir los gastos de traslado, pero necesitamos antes de viajar que se defina en qué institución va a ser admitida y si cubrirán los gastos aunque no haya convenio», insiste Soledad.

Fuente: TN.com

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